En el transcurso de los años veinte se produjo un auge por la práctica del juego, condicionado, principalmente, por el impacto nacional que produjeron los éxitos de José Raúl Capablanca, hasta alcanzar el título de Campeón del Mundo, en 1921. El Ajedrez hizo que las personas comenzaran a reunirse y establecieran diversos lugares para los encuentros. De esta manera ya en la década de 1930 comienzan a trascender algunos nombres de quienes poseían la cúspide en la región.
El principal centro de reunión para la práctica del Ajedrez en aquella época, era la talabartería de Guillermo Graunt, respetado comerciante que se convirtió en un apasionado promotor del juego de las 64 casillas. Este inmueble estaba ubicado en lo que es hoy la barbería del boulevard amanciero. Inicialmente Graunt sostenía entretenidas partidas con Clodomiro Mateo y otro señor de apellido Taxi, a lo que se fueron sumando cada vez más observadores, que de pasivos admiradores se convirtieron en fieles asistentes a los encuentros de la talabartería.
El contexto social imperante en la época no era propicio para el desarrollo del Ajedrez y del deporte en general, durante las dictaduras de Machado y Batista era necesario ganarse la vida trabajando desde edades tempranas. En los pueblos pequeños el Central Azucarero constituía la opción mas asequible, el Ajedrez no era una profesión, no representaba un interés para el gobierno y por tanto no había condiciones creadas para su desarrollo.
Independientemente de la falta de apoyo, la talabartería de Guillermo Graunt no fue el único lugar para reunir a los amantes del juego de los trebejos, otros lugares reconocidos de aquella época eran la tienda La postal, de Miguel Reguera (actual florería del Boulevard), lugar donde se vendían útiles ligeros como cuchillas de afeitar y souvenir. También se observaban los tableros en la farmacia de Bambino en el reparto La Carretera; en las cuarterías aledañas a La Postal y en el club de los blancos, este último acogía, además, a los amantes del billar, dominó y otros juegos. Eran muy frecuentes las apuestas, solo que los negros no podían asistir, pues este lugar era exclusivamente para blancos.
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